Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz en el Pontificado de San Juan Pablo II.
La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la mas importante de todas.
El Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente contemplativa.... como dijo Pablo VI: "Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas... Por su naturaleza su rezo exige un ritmo tranquilo... que favorezca en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que descubran su insondable riqueza”. Rosarium Virginis Marie 12
El Rosario es a la vez meditación y súplica. La oración insistente a la Madre de Dios se hace con la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón del Hijo... En el Rosario, mientras suplicamos a María, templo del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 35), Ella intercede por nosotros ante el Padre que la ha llenado de gracia y ante el Hijo nacido de su seno, rogando con nosotros y por nosotros. Rosarium Virginis Marie 16
El Rosario está compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.
En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.
La oración verbal consiste en recitar veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.
La Santa Iglesia recibió el Rosario en el año 1214 cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.
Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración más especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.
CÓMO SE RECITA EL ROSARIO
1. Hacemos la Señal de la Cruz.
2. Recitamos el Acto de Contrición. (Se puede recitar además el Credo)
3. Recitamos un Gloria al Padre
4. Jaculatoria
5. Se Enuncia el Primer Misterio (Según corresponda el día) Hacemos silencio para meditar. Rezamos el Padre Nuestro. (En la cuenta grande)
6. Recitamos Diez Ave Marías (En las cuentas pequeñas)
7. Recitamos el Gloria al Padre. (Se puede agregar alguna Jaculatoria)
8. Continúe rezando las otras cuatro decenas de la misma forma.
9. Al terminar los cinco misterios, en la siguiente cuenta grande recite un Padre Nuestro y tres Ave Marías orando por las intenciones del Santo Padre el Papa.
10. Recitamos la Salve.
11. Rezamos las Letanías
12. Oración Final y Bendición.
Los Misterios se meditan en días distintos según corresponda:
MISTERIOS GOZOSOS (LUNES Y SÁBADOS)
I MISTERIO: La Encarnación del Hijo de Dios
II MISTERIO: La Visita de María a Santa Isabel
III MISTERIO: EL Nacimiento del Hijo de Dios
IV MISTERIO: La Presentación del Hijo de Dios en el Templo
V MISTERIO: EL Niño Jesús perdido y hallado en el Templo
MISTERIOS DOLOROSOS (MARTES Y VIERNES)
I MISTERIO: La Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos
II MISTERIO: La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo
III MISTERIO: La Coronación de espinas
IV MISTERIO: Jesús con la Cruz a cuestas
V MISTERIO: Jesús muere en la Cruz
MISTERIOS GLORIOSOS (MIÉRCOLES Y DOMINGOS)
I MISTERIO: La Resurrección del Señor
II MISTERIO: La Ascensión del Señor a los Cielos
III MISTERIO: La Venida del Espíritu Santo
IV MISTERIO: La Asunción de la Virgen María en Cuerpo y Alma al Cielo
V MISTERIO: La Coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado
MISTERIOS LUMINOSOS (JUEVES)
I MISTERIO: El Bautismo de Jesús en el río Jordan
II MISTERIO: La Autorrevelación de Jesús en las Bodas de Caná
III MISTERIO: El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión
IV MISTERIO: La transfiguración
V MISTERIO: La Institución de la Santa Eucaristía
ORACIONES DEL ROSARIO
LA SEÑAL DE LA CRUZ
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
ACTO DE CONTRICIÓN
Oh Jesús mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy. Y me pesa de todo corazón por haber ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en tu infinita Misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de alcanzar la vida eterna amén.
GLORIA
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
(Jaculatoria que San Miguel Arcángel enseña a los pastorcitos en Fátima, para rezar luego de cada misterio)
“Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, conduce a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.
PADRE NUESTRO
Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
AVE MARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres; y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios: Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
TRES AVE MARÍA FINALES
Dios te salve María, Hija de Dios Padre la más poderosa, auméntanos la virtud de la fe, llena eres...
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo la más sabia, auméntanos la virtud de la esperanza, llena eres...
Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo la más amable, auméntanos la virtud de la caridad, llena eres…
ORACIONES FINALES
Suplicámoste, Oh Dios Omnipotente, que asistas con tu divino favor a los que rezamos el Rosario de la bienaventurada siempre Virgen María, para que así contemplando estos sagrados misterios, en la vida, merezcamos recibir el fruto de ellos en el cielo. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
BENDICIÓN FINAL
Dulce Madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y nunca solos nos dejes. Ya que nos proteges tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Esta página web ha sido creada con Jimdo. ¡Regístrate ahora gratis en https://es.jimdo.com!